Juicio
Aquí hay una historia llamada: «Bueno, malo, quién sabe»*.
Había una vez un granjero que tenía un caballo y un hijo.
Un día, su caballo se escapó. Los vecinos vinieron a expresarle su preocupación: «Qué pena. ¿Cómo vas a trabajar el campo ahora?». El granjero respondió: «Bueno, malo, quién sabe».
Al cabo de unos días, su caballo volvió y trajo otro caballo. Los vecinos se alegraron: «¡Vaya, qué suerte! Ahora puedes hacer el doble de trabajo que antes». El granjero respondió: «Bueno, malo, quién sabe».
Al día siguiente, el hijo del granjero se cayó del nuevo caballo y se rompió la pierna. Los vecinos volvieron a preocuparse: «Ahora que se ha hecho daño no puede ayudarte, qué pena». El granjero respondió: «Bueno, malo, quién sabe».
Pronto llegó la noticia de que había estallado una guerra y todos los jóvenes debían alistarse en el ejército. Los aldeanos estaban tristes porque sabían que muchos de los jóvenes no volverían. El hijo del granjero no pudo ser reclutado debido a su pierna rota. Sus vecinos se mostraron envidiosos: «¡Qué suerte! Has conseguido mantener a tu único hijo». El granjero respondió: «Bueno, malo, quién sabe».
* Esta historia y el ejercicio de la siguiente tarea diaria han sido tomados del libro «Si eres tan inteligente, ¿por qué no eres feliz?» del prof. Raj Raghunathan.
Tarea diaria
Veamos la situación general. Descárguese la hoja de trabajo «Bueno, malo, quién sabe» y empiece a reflexionar sobre los acontecimientos negativos del pasado que haya seleccionado.